jueves, 24 de abril de 2014

España: hacia un clima extremo

Salvar el Ártico es salvar mucho másGreenpeace ha presentado el día 22 de Abril, Día Internacional de la Tierra, el informe “España: hacia un clima extremo. Riesgos de no frenar el cambio climático y la destrucción del Ártico” en el que se analiza la importancia mundial que tiene el Ártico y cómo su desaparición agrava las consecuencias del cambio climático con posibles efectos extremos en España.

Según los datos analizados por la organización ecologista, los cambios del Ártico están yendo más rápido de lo que pronosticaba en 2007 el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). En superficie se pierde casi un 14% por década, además en los últimos 12 años, se han batido cuatro nuevos récord de mínima extensión de hielo ártico (2002, 2005, 2007 y 2012), tanto que entre 2004 y 2008 se perdieron 1,54 millones de kilómetros cuadrados de superficie de mar helado en el Ártico, es decir, una tres veces el tamaño de España. 

Malas noticias para el Ártico, pero también para todo el planeta. El hielo ártico protege el planeta reflejando los rayos del sol, influye en el flujo oceánico que regula el clima global, mantiene “confinadas” altas dosis de gases de efecto invernadero que, de liberarse, acelerarán el cambio climático, el derretimiento del hielo que cubre Groenlandia provocaría una subida del nivel del mar de siete metros... Lo que pasa en el Ártico, NO se quedará en el Ártico.


En todo el mundo, 2013 ha sido el sexto año más cálido desde 1850. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) presentó sus nuevas conclusiones científicas respecto a los impactos del cambio climático en su Quinto Informe de Evaluación, presentado en septiembre de 2013, concluía que las temperaturas máximas en España subirán entre 5 y 8 ºC a lo largo de este siglo. 

El Panel Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático (IPCC) es claro en su mensaje, cuanto mayor sea el calentamiento, mayores serán los impactos y cuanto más tardemos en actuar, tanto en las medidas de adaptación como en las de mitigación (reducción de emisiones), mayores serán las pérdidas económicas.

El IPCC pronostica para España, a final de siglo, un aumento generalizado de las temperaturas, una reducción de las precipitaciones y un incremento en la intensidad y frecuencia de las olas de calor, lo que podrá derivar en un incremento de la desertificación en el futuro. Estos pronósticos científicos perfilan para España nuevos escenarios de riesgo a los que habrá que hacer frente, como grandes temporales o la aparición de vectores de enfermedades infecciosas. Por otro lado, el aumento de las temperaturas, la subida del nivel del mar, los temporales o la escasez de agua repercutirán en sectores relevantes o emblemáticos de la economía española, como el turismo o la industria del vino.

Para visualizar este riesgo, la organización ha llevado a cabo unas simulaciones fotográficas de cuatro puntos icónicos de la geografía española: Marbella; Benidorm; Donosti y un viñedo del nordeste peninsular.






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